El maridaje fue perfecto. El público que acudió
el pasado viernes a la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional pudo
disfrutar de la conjunción armoniosa que resultó ser “Anthony Ríos
sinfónico”, un concierto sin desperdicios.
Acompañado por la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo, bajo la dirección del maestro Amaury Sánchez, el cantautor oriundo de Hato Mayor entregó el alma en cada una de las veintiuna interpretaciones que realizó.
A las 8:45 de la noche el telón se abrió. La Filarmónica dio la bienvenida a los presentes y luego de una introducción musical de cuatro minutos, Anthony Ríos salió a escena con su característica vestimenta negra, adornada por una larga cadena con un gran medallón.
Detalles
El escenario, con decoración minimalista, estaba ocupado por los 60 músicos de la orquesta, un brillante juego de luces y una pantalla en el centro donde se mostraba un video con imágenes en Arte Pop de Ríos y Sánchez.
“Hoy daría yo la vida” fue la primera canción de la noche, seguida de “Estás donde no estás” y “La mancha”.
Ríos interactuó con el público y comentó que el concierto era “una forma de dar las gracias” para ser recordado después de marcharse físicamente, ya que compartió la “expresión sincera” de todo lo que ha escrito. Una dama del público le respondió con un “Te amo, Anthony”, gritado a todo pulmón.
Acompañado por la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo, bajo la dirección del maestro Amaury Sánchez, el cantautor oriundo de Hato Mayor entregó el alma en cada una de las veintiuna interpretaciones que realizó.
A las 8:45 de la noche el telón se abrió. La Filarmónica dio la bienvenida a los presentes y luego de una introducción musical de cuatro minutos, Anthony Ríos salió a escena con su característica vestimenta negra, adornada por una larga cadena con un gran medallón.
Detalles
El escenario, con decoración minimalista, estaba ocupado por los 60 músicos de la orquesta, un brillante juego de luces y una pantalla en el centro donde se mostraba un video con imágenes en Arte Pop de Ríos y Sánchez.
“Hoy daría yo la vida” fue la primera canción de la noche, seguida de “Estás donde no estás” y “La mancha”.
Ríos interactuó con el público y comentó que el concierto era “una forma de dar las gracias” para ser recordado después de marcharse físicamente, ya que compartió la “expresión sincera” de todo lo que ha escrito. Una dama del público le respondió con un “Te amo, Anthony”, gritado a todo pulmón.